viernes, 11 de mayo de 2012

"La Ratita Presumida"

Como nos ha gustado tanto el cuento dela Ratita, hoy hemos decidido hacer el teatro.... Y con las fotos vamos a ilustrar el cuento, esperamos que os guste.


LA RATITA PRESUMIDA


Érase una vez, una ratita que era muy presumida. Un día la ratita estaba barriendo su casita, cuando de repente en el suelo ve algo que brilla... una moneda de oro.

La ratita la recogió del suelo y se puso a pensar qué se compraría con la moneda.

“Ya sé me compraré caramelos... uy no que me dolerán los dientes. Pues me comprare pasteles... uy no que me dolerá la barriguita. Ya lo sé me compraré un lacito de color rojo para mi rabito.”



La ratita se guardó su moneda en el bolsillo y se fue al mercado. Una vez en el mercado le pidió al tendero un trozo de su mejor cinta roja. La compró y volvió a su casita.




Al día siguiente cuando la ratita presumida se levantó se puso su lacito en la colita y salió al balcón de su casa. En eso que aparece un gallo y le dice:


“Ratita, ratita que bonita estás.- Hago muy rebien, que tu no me lo das,
 ¿te quieres casar conmigo?”.


Y la ratita le respondió: “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”
Y el gallo le dice: “quiquiriquí”. “Ay no, contigo no me casaré que no me gusta el ruido que haces”.
Se fue el gallo y apareció un perro. “Ratita, ratita que bonita estás" - Hago muy rebien, que tu no me lo das.
- ¿te quieres casar conmigo?. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿tú por las noches qué ruido haces?”. “Guau, guau”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido me asusta”.


Se fue el perro y apareció un burro. “Ratita, ratita qué bonita estás". -"Hago muy rebien, que tu no me lo das". 
¿Te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿y tú por las noches qué ruido haces?”. “Iaaaaa, Iaaaa”. “Ay no, contigo no me casaré que ese ruido es muy ordinario”.

El burro desapareció por donde vino y llegó un toro diciendo: "Ratita, ratita, que bonita estás". La ratita contestó: "Hago muy rebien que tu no me lo das". - "¿Te quieres casar conmigo?". - ¿Yque harás por las noches?. - "Muuuuu". - "¡Uy, no, no! -dijo la Ratita-, que me despertarás". Y el toro marchó por el camino. 
 

 Al ratito apareció un lindo gato, y le dijo a la ratita: “Ratita, ratita tú que eres tan bonita ¿te quieres casar conmigo?”. Y la ratita le dijo: “No sé, no sé, ¿y tú qué harás por las noches?”. Y el gatito le contestó: “dormir y callar, dormir y callar”. “¡Pues contigo me quiero casar!.”



Y así se casaron la ratita presumida y el gato blanco de dulce voz. Los dos juntos fueron felices y comieron perdices y colorín colorado este cuento se ha acabado.




PD: La seño Isabel, junto a Cristian y Roberto que no han querido participar han sido nuestro público, imprescindible en todo teatro ¡Muchas Gracias!



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